
Este cordobés es profesional en Medicina Interna, Hematología y Oncología Clínica. Trabaja en su sueño: desarrollar trasplantes de médula ósea.
Aunque tiene estudios en Medicina Interna, Hematología y Oncología Clínica, José Fernando Lobatón Ramírez cursa una cuarta especialidad que es interminable, a la que le inyecta sobredosis de cariño, tiempo y afecto: el amor por su familia.
Estudió medicina general en la Universidad del Norte mientras que las otras tres especialidades las hizo en el Hospital Militar, en Bogotá, pero, además, tiene entrenamiento en trasplante de médula ósea en el Hospital Clinic, en Barcelona.
La cuarta especialidad y la que más le apasiona la hace al lado de su esposa María Clara Velásquez, Administradora de Negocios con un alto cargo ejecutivo en Montería, y de las dos hijas del matrimonio: María Camila, de 15 años, y Valentina, de 10.
Esa ‘academia’ familiar la desarrolla con planes que integran a los cuatro abuelos de las niñas, ir a la finca los fines de semana, o viajar, pero siempre juntos, aunque de vez en cuando aproveche para ver fútbol, sin alejarse de los seres que ama.
Tiene una sola hermana, Lina María Lobatón, menor que él, médica anestesióloga que también ejerce en Córdoba.
José Fernando, hincha de Millonarios, trabaja en el Instituto Médico de Alta Tecnología, Imat, entidad que describe como la clínica de referencia para todos los tratamientos de cáncer en el departamento de Córdoba.
Hace tres años regresó de Bogotá –donde vivió un tiempo–, pero con el objetivo claro de poder disfrutar mejor de su hogar, de su tierra sinuana y de sus paisanos, al tiempo de avanzar con otros especialistas de su talla, en el sueño profesional de desarrollar trasplantes de médula ósea, con cuatro experiencias exitosas a la fecha.
“Ese es uno de mis mejores aportes a la región, teniendo en cuenta que centros de trasplantes, aparte de las ciudades grandes, en las ciudades intermedias no los hay. Por eso regresé a Montería, impulsado también por mi colega hemato-oncólogo Manuel González, quien me motivó a darle vida a este proyecto”, explica Lobatón.
En ese mismo sitio de trabajo hace un gran aporte en el proceso de investigación de nuevas moléculas para cáncer, con referencia mundial.
Lobatón, además de su ejercicio asistencial de ver pacientes, desarrolla una labor académica como conferencista de algunas compañías farmacéuticas, en la presentación de nuevos medicamentos y nuevas terapias. Lo hace en varias regiones de Colombia, pero, también, en países como Perú y República Dominicana.
Este médico de 45 años insiste en la necesidad de llevar un estilo de vida sano para disminuir el riesgo de contraer cáncer, aunque advierte que las alteraciones genéticas no permiten asegurar que existan medidas cien por ciento eficaces para lograrlo.
“Es recomendable una alimentación sana, hacer ejercicios, no fumar, no consumir alcohol. Lo importante en el cáncer es detectarlo a tiempo para hacer el tratamiento con intención curativa”, explica durante la larga conversación frente al río Sinú.
Insiste en la necesidad de entender los signos o síntomas de alarma de enfermedades tumorales y asistir a consulta médica a tiempo.
Concluye que la máxima satisfacción de ser médico es ayudar a las personas en la parte emocional y, además, su cuarta especialidad, disfrutar de sus mejores momentos al lado de María Clara, María Camila y Valentina. gc
El instituto
El Instituto Médico de Alta Tecnología, Imat, donde labora el médico José Fernando, se especializa, entre otras cosas, en oncología, trasplante de médula ósea, atención cardiovascular, endoscopia y apoyo terapéutico a los pacientes, además de desarrollar investigaciones y estudios clínicos que aumenten la calidad de vida de los pacientes colombianos.
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